El control.

Confusiones en los ojos que dicen todo, aferrándose al que más cerca esté, descubriendo secretos de mi pasado más de una vez he perdido el control. Hablaba de una voz que decía cómo, cuándo y dónde actuar. Gritando y pataleando, me paralicé sobre el suelo. Definiéndome a mí misma, de diferentes y bizarras maneras. ¿Tal vez podría vivir algo mejor? claro, con los MITOS y MENTIRAS que abren el paso a la oscuridad. Y en ese preciso momento es cuando me desmorono y comienzo a llorar. Podría vivir algo sobre una ancha línea, cuando el reflejo oscuro de esta extraña  sensación haya pasado, cuando el cambio haya pasado, cuando las prisas hayan pasado, cuando todo vuelva a ser como el pasado añorado por alguien que pierde el control.